viernes, 22 de julio de 2011

Edificios Modernos de Albacete


Albacete es una ciudad que “peca” de moderna. Según iba creciendo la ciudad, su espíritu urbano, se iban derribando y destruyendo aquellos pocos vestigios que formaban nuestra historia. Pero como si hubiera nacido de la modernidad podemos visitar un gran número de edificios construidos desde finales del siglo XIX y principios del XX.
Su auge se justifica gracias a la época de prosperidad en el país a principios del siglo XX. España es un país que se está industrializando y va a ser la burguesía la protagonista de este despegue. También la población sufrirá un crecimiento considerable. En Albacete, como en la mayoría de las ciudades, ese crecimiento de población provocará un aumento del perímetro de la ciudad y una mejora de las equipaciones urbanas. Se crea el matadero, el mercado y nuevos edificios privados impulsados por esa burguesía que le interesa invertir en la construcción, además de un deseo de modernizar la ciudad. A continuación vamos a poder ver la evolución urbana de la ciudad y sus alrededores. A principios de siglo se tomarán una serie de medidas :
  • La ocupación de terrenos elevados.
  • Crear zonas bajas que hagan de barrera para el desarrollo de la propia ciudad.
  • No cambiar la estructura viaria ni tampoco la estructura del casco antiguo.
En el Plan de Alineaciones de 1908 se propuso crear dos ensanches, uno hacia el norte y otro hacia el sur; este provocaría poner en carácter urbanizable tierras donde ahora se ubican estos edificios. Entre 1910 y 1930 la burguesía querrá plasmar su poder económico en edificios residenciales y culturales de alta calidad arquitectónica. Desarrolla su propia ciudad, su propia vida urbana, todo ello gracias a ese auge de la industria y del sector terciario. El tono modernista será el más utilizado por estos “nuevos ricos”, y será plasmado en casas destinadas al alquiler. Por ejemplo, el Pasaje Lodares no solo es para alquiler de viviendas sino también para locales comerciales. Este pertenece a una de las dos corrientes que llegaron a Albacete, debido a la nula tradición arquitectónica:
  • La escuela Madrileña, influencias traídas por arquitectos formados en Madrid e influidos por su arquitectura. Estos son: Julio Carrilero, quién en 1929 creará el primer Plan de Ensanche (basado en una malla rectangular con un tamaño de manzana de 70 a 80 m y calles de 10, 12, 14 m), Manuel Muñoz, Miguel Ortiz.
  • La escuela Valenciana: Ramón Casas Massó y el autor del Pasaje Lodares, Buenaventura Ferrando Castell.
La guerra civil frenó el auge constructivo y económico de la ciudad. Tras la misma, aparte de las consecuencias derivadas de las acciones bélicas, al haber sido Albacete ciudad fiel a la república, los esfuerzos del régimen se destinaron a la reconstrucción de las ciudades que apoyaron el alzamiento nacional, pero Albacete fue dejada en un segundo plano
Los edificios más emblemáticos.

  1. La Diputación (1880). Justo Millán y Espinosa.
    La Planta es rectangular con oficinas que rodean el hueco de la escalera imperial, iluminada por una vidriera soportada por una estructura de hierro fundido. La fachada es rematada con un reloj y el escudo de la provincia. Los materiales que se emplearon para su construcción fueron tan variados como la sillería o la mampostería, el mármol, el jaspe y entarimados de pino. A partir de 1920 se realizaron importantes obras de reparación, consolidación y mejora del edificio. También en la fachada podeos observar los escudos de armas de algunos pueblos de la provincia. En su interior destaca el Salón de Plenos. Su decoración de 1881, está realizada en techo y paredes, combinando los recubrimientos de pan de oro con raso bordado en hilo de seda. En la verja que lo rodeo podemos ver todavía los huecos que dejaron las balas durante la Guerra Civil.

  2. El Teatro Circo (1887). Juan Pérez Romero.
    Para uso de teatro y circo a la vez, aunque en 1919 solo será para teatro. Inaugurado el 7 de Septiembre de 1887 es reformado varias veces, aunque la reforma más importante no se realizó hasta el año 1919 cuando se cambio por completo el patio de butacas, quitándole el aspecto de circo y construyendo los palcos principales e instalando calefacción; se colocó un bonito cielo raso en el techo de la sala. Acogía todo tipo de representaciones teatrales, así como sesiones de cine. Fue en el año 1985 cuando cerró sus puertas, siendo adquirido como patrimonio público, por el Ayuntamiento de Albacete el 30 de junio de 1993. Las obras de rehabilitación comenzaron en julio de 1999, con un proyecto de los arquitectos Emilio Sánchez García, Juan Caballero González y Carlos Campos. La reinauguración del teatro Circo se realizó el 9 de Septiembre de 2002, con la asistencia de su Majestad la Reina de España Doña Sofía. Normalmente, cómo los de Albacete son tan guasones, les dicen a los “extranjeros” que la puerta trasera del teatro, por donde entran los artistas, es para la entrada de los elefantes. La cara de asombro que ponen no tiene precio.

  3. EL Ayuntamiento Viejo o Museo Municipal (1901). Martínez Villena.
    Las pinturas del techo del portal y de los muros de la escalera son de Marcial Fernández. Del techo de la escalera son de Francisco Madrona. El salón de sesiones es pintado por Ángel Tebar. La balaustrada de Casa Butsems y Fradera, de Barcelona. El Mobiliario es de Casa Lier y Giner de Valencia. Sobre el salón se erige la torre del Reloj. En la actualidad es utilizado para bodas civiles y como museo con todo tipo de exposiciones, algunas de gran calidad, como la de Miguel Cano.

  4. Mayor 33 (1901). Arquitecto Martínez Villena.
    En la Calle Mayor podemos encontrarnos con un edificio de dos plantas. La fachada se distribuye en tres lienzos divididos con ventanas rematadas con claves e Impresionantes rejas. En lo alto se remata con un friso y una cornisa con palmetas.

  5. Edificio Val General (1912). Martínez Villena.
    En Tesifonte Gallego nos encontramos con un edificio también destinado a viviendas pero que su uso actual es comercial. Se presenta con una composición triptica, en la que resalta la concentración de huecos en el centro y la dispersión en los laterales. Las Pilastras, los frisos y los modillones cambian según ascendemos. Frente a él se sitúa su primo-hermano, restaurado recientemente para fines comerciales también. 
     
  6. Casa del Hortelano o Museo de la cuchillería (1912). Arquitecto Daniel Rubio.
    En la Plaza de la Catedral, este edificio se levanta asimilando el estilo neogótico. Fue construida para Joaquín Hortelano. Lo que primero destaca es su fachada verde flanqueada por dos torres. La de la derecha recoge la entrada, bajo un arco con decoración. El remate es escalonado con columnillas. En la torre de la izquierda, el nombre de la plaza original con el nombre de la compañía eléctrica ha sido substituida por la de la ciudad. Los ventanales lobulados poseen un sobrearco con decoración de tracería y flamígera. En el centro, una galería con cinco vanos. Destaca los dos escudos vitrificados en verde. La techumbre imita el estilo nórdico, coronada por una crestería de hierro. Actualmente alberga una de las mejores colecciones del mundo sobre cuchillería.
    Cómo curiosidad histórica de la localidad ligada al dueño de la finca y contada por Francisco Fuster en “Una anécdota Política de 1921”, durante un discurso del marqués de Alhucemas, tal vez influido por el buen vino de la región y la mejor comida, Joaquin Hortelano, en el momento de los discursos levantó su copa y pronunció unas solemnes palabras sobre el marqués: “Nosotros no buscamos talento, el que desde hoy ha de ser jefe nuestro ha declarado repetidas veces que él no lo tiene y cuando él lo dice nosotros no lo vamos a discutir”. Don Joaquin Hortelano aspiraba a ser alcalde de Albacete.

  7. Centro de la Mujer (1913). Arquitecto Daniel Rubio.
    En la calle Padre Romano podemos encontrar un edificio que, aunque de bella factura, es muy diferente al proyecto original. Un cuerpo central con imponentes balaustradas divide a ambos lados unas balconadas de hierro adornadas por coronas de acanto. Los dinteles se curvan y las ménsulas se sitúan bajo los balcones del piso superior. La fachada viene rematada con una cornisa simple de ménsulas con taqueado jaques.

  8. La Casa de Agustín Flores o el Restaurante Montecasino (1915). Arquitecto Miguel Ortiz e Iribas.
    En la calle Dionisio Guardiola, pasando el Val General, nos encontraos con este imponente edificio. Lo primero que destaca a la vista es el remate superior de abalaustrada intermitente entre huecos y macizos según coincidan con el balcón inferior. Debajo, las ménsulas se adornan con rostros de personas o animales. El piso inferior se muestra almohadillado con huecos de medio punto, rebajados o rectangulares. Volviendo al primer piso sobresale una balconada abalaustrada. Sobre la portada principal el cuerpo central sobresale a la calle. También observamos las numerosas ménsulas decoradas al estilo rococó.

  9. El Gran Hotel (1915). Arquitecto Daniel Rubio.
    De estilo Neo-barroco e introducido en el solar en forma de cuña, podemos distinguir dos alzados diferentes: el de la plaza, con dos torres y el de la fachada de Marqués de Molíns, con una torre cerrada central. Como curiosidad las torres no poseen base, aunque no resta belleza a su remate en cúpulas apuntadas, con guirnaldas, templetes y pináculos. También profesan las Cresterías y las figuras neo-barrocas. Las puertas de entrada están cubiertas por viseras onduladas de vidrio. Los frontones se complican con figuras y caprichos a la vez que entran en el juego de una Jerarquía que va de abajo a arriba con balcones corridos, de hierro fundido y con herrajes. En lo alto, un alfeizar corrido que da paso al ático con huecos geminados, hornacinas y copas en los intervalos y guirnaldas.

  10. Hotel Regina (1919). Arquitecto Julio Carrilero.
    En el paseo de la Libertad esquina con Ricardo Castro este edificio fue casa particular y posteriormente el Hotel Regina. Observamos dos fachadas: una más breve y la del paseo. Cada fachada está flanqueado por miradores mistilíneos y uno central cilíndrico, apilastrados y rematados con balcones abalaustrados. De considerable altura llega hasta los16 metros. En el ático, existen ventanas y balcones que están abalaustrados con un frontón; otras, entre columnillas torsas, forman una galería. 
     
  11. Edificio calle San Julián (1920). Arquitecto Ferrando Castells.
    Al comienzo de la calle San Julian nos encontramos con un edificio de estilo levantino. La fachada denota una simetría en el centro pero no así en los lados. El costado derecho es más grande que el izquierdo y con remates escalonados rectos sobre balcones abalaustrados con ventanas abocinadas, formando en su conjunto un circulo imaginario. Entre estos balcones se alternan ventanas y columnas. El derecho finge ser un torreón, donde los huecos disminuyen según subimos. Resalta un mirador que sustenta otro balcón. El paño central parece estar rehundido, con una balaustradas de forja, ménsulas y medallones. La coronación de la fachada asemeja a una especie de visera.

  12. Centro de Reclutamiento (1920). Arquitecto Daniel Rubio.
    Ubicado en la plaza Gabriel Lodares y donde antiguamente servía como Sanatorio. La fachada de la entrada es cóncava a juego con la “rotonda”. Sobresale un torreón en la esquina que actúa cómo bisagra para las dos fachadas. Las ventanas se asoman con arcos carpaneles. Destaca su mirador al vuelo y las ventanas geminadas a modo de saeteras que posee la torre. La cubierta es de teja árabe.

  13. Banco BBV (1922). Arquitecto Julio Carrilero y M.Muñoz.
    Es un edifico singular porque da a tres calles: la calle Tesifonte Gallego, un chaflán en la calle Ancha y otra parte en la calle del Tinte. El chaflán es de forma prismática con arcos estrechos y anchos. Las Ventanas abocinadas entre columnas se muestran escamadas en el chaflán. La planta baja se observan arquerías de medio punto. En la planta primera los balcones poseen ventanas cuadradas, con un mirador en la calle ancha. La segunda planta se distribuye con balcones y ventanas en arco de medio punto y un balcón en Tesifonte Gallego, destacado la división en dovelas; los adornos de jarroncillos y pilastras se dan en la calle ancha. El edificio destaca por su tejadillo a forma de visera y la pintura con motivos sinuosos, vegetales y nobiliarios.

  14. Paseo de la Libertad (1922). Arquitecto Julio Carrilero y M.Muñoz.
    Nos sorprende un palacete al gusto Francés, con la entrada a la izquierda, asemejando una torre, almohadillada, con chapitel troncopiramidal (con un mirador) y un tragaluz oval. La fachada de la derecha se divide en dos pisos: el primero con un balcón corrido y ventanas cuadradas; el piso segundo con balcones individuales de arcos de medio punto y adornos entre ellos. También observamos cadenas en las esquinas. El tejado es de color azul con tragaluces.

  15. Casas Cabot (1922). Arquitecto Miguel Ortiz e Iribas. 
    En la calle Marqués de Molíns esquina con la Calle Mayor nos sorprende este enorme edificio de estilo neoclásico. En la fachada de Marqués de Molíns se entreven tres partes divididas por pilastras almohadilladas. En lo alto, una cúpula al estilo de una tiara papal, un frontón enorme asemejando un arco del triunfo y las estatuas de niños soportando una esfera. En vertical podemos observar 5 órdenes y el ático. En el centro un gran mirador con balconada. La planta baja se presenta llagueada (el basamento se desorbita) y hace lo propio con el segundo piso y el tercero denotados por las dos columnas sobre enormes ménsulas de estilo compuesto que lucen a los lados y unen el primero con el ático. El quinto es una galería adintelada con balcones corridos a sus lados. En el cubillo sobresale un águila

  16. Colegio Notarial (1923). Arquitecto Julio Carrilero y M.Muñoz.
    Asemeja un arco del triunfo, con tres cuerpos y un remate sobre la cornisa con la estatua de la FE de Ignacio Picazo.

  17. Edificio Banesto (1923). Arquitecto Julio Carrilero y M.Muñoz.
    En la calle Marqués de Molíns esquina con la calle Concepción este edificio de enormes proporciones de tradición decimonónica concilia lo funcional con lo decorativo. También está distribuido por plantas simétricas. Destacan los balcones con dinteles triangulares y un gran balcón sobre el mirador principal que imita su forma hexagonal. El Chaflán forma una esbelta torre, con cúpula y remate de pináculo, flanqueado por otras dos cúbicas con óculos, balaustradas y bolas. 
     
  18. Archivo Histórico Provincial de Albacete (1924). Arquitecto Miguel Ortiz e Iribas.
    Haciendo esquina, el conjunto está flanqueado por dos miradores que invaden ambos pisos. El mirador del chaflán es el más grande, sobre ménsulas, aunque solo se acristala el primer piso. Toda la gran cornisa del edificio se ve truncada por entrantes y salientes, con adornos nobiliarios y de fantasía. Es sede del Archivo Histórico Provincial de Albacete y en ella se guardan documentos que datan de la edad media.

  19. El Chalet Fontecha (1925). Arquitecto Julio Carrilero.
    Es la sede de la actual Cámara de Comercio y fue construida como residencia particular, con toda una serie de elementos de tradición renacentista e inspiración santanderina. Dicen que está encantado y que por sus pasillos se ven sombras.

  20. Pasaje Lodares (1925). Arquitecto Ferrando Castells.
    El Pasaje Lodares, junto con el Pasaje Gutiérrez de Valladolid, es un ejemplo de galería comercial decimonónica europea. Recientemente rehabilitado es el edificio más emblemático de la ciudad. Lo primero que nos sorprende es su fachada en piedra de tono rojizo y su interior acristalado con nervios de acero. El suelo está plagado de lucernarios que dan a los sótanos y dista de la cubierta más de cuatro metros de altura. En sus 64 metros de longitud se reparten las 22 columnas, portales, locales y oficinas. Los motivos decorativos son muy variados con animales, fruteros, niños, cabezas de halados y cuatro cariátides: la industria con una rueda dentada, la riqueza de la tierra con una cornucopia, las artes poéticas con un alira y las artes liberales con una escultura y martillo. Da salida a dos calles con enormes puertas en forja, las cuales son cerradas por los inquilinos de la viviendas al anochecer.

  21. Colegio de Arquitectos (1925). Arquitecto M. Ortiz e Iribas.
    Propuesta clasista de interpretación libre con decoración en ladrillo verde vidriado. Se Remata con un dintel triangular y pomposos pináculos.

  22. Monte de Piedad Valenciano. Actualmente de la CAM (1926). Arquitecto Julio Carrilero.
    El chaflán visto por su ángulo obtuso o flanco derecho nos llega a parecer plano y visto desde el agudo o flanco izquierdo la esquina se curva. En esa esquina se erige una torre en cubillo con cuerpo cilíndrico y pilastras adosadas. La división también se distribuye en pisos y se remata con el ático. La entrada está en el chaflán, entre columnas salomónicas estriadas.

  23. Casino Primitivo (1927). Arquitecto Julio Carrilero.
    Es la sociedad más antigua de Albacete (1849) y comienza en el Abelardo Sánchez, luego se traslada a la calle Mayor en 1854 aunque por sus reducido aforo se traslada a su emplazamiento actual. Destaca su simetría y una cubierta con chapiteles afrancesados y óculos ciegos laterales.

  24. Edificio Legorburo: (1935). B.P. Villena y J.L.G. Pellicer.
    Edificio de depurado racionalismo. Con tres patios y dos áticos con terraza. Destaca su carácter mendelsohniano.

sábado, 2 de julio de 2011

Qver en Albacete: El Museo de Albacete



El museo de Albacete, como muchos otros, es de titularidad estatal con las competencias transferidas a la Junta de Comunidades de Castilla la Mancha, en 1984, y perteneciente actualmente a la red de Museos de Castilla la Mancha. El edificio, integrado en la naturaleza del Parque Abelardo Sánchez, una profunda arboleda, fue proyectado por Antonio Escario con las ideas planteadas en “The organizatión of Museums. Prectical Advience” de la UNESCO, de 1960. Inaugurado finalmente en 1978, de estructura articulada, una entrada amplia nos distribuye y dirige a todas las salas del edificio, tanto las de corte administrativo, como la biblioteca, aulas, sala de conferencias, talleres, salas de reserva e investigadores o restauradores, cámara acorazada, archivo de la biblioteca, muelle, y por supuesto, las salas de exposición.
Estas se distribuyen en dos áreas, la de las exposiciones temporales y la de exposiciones permanentes, dividida esta a su vez en zona arqueológica y de Bellas Artes. Estas salas son edificadas con grandes ventanales en las zonas de transición y grandes áreas abiertas donde se ubican los objetos en vitrinas. Para las obras de bellas artes se distribuye el espacio en tres alturas, con altos muros y luz cenital.

¿Qué servicios ofrece?
El Museo Arqueológico de Albacete recoge y asimila la definición de museo que realiza el ICOM en 1975, mediante la cual se basa en un servicio a la sociedad realizando investigaciones a los materiales del hombre y su entorno; los adquiere, conserva, comunica y expone con fines de estudio, educación y deleitación.
Esto se ve reflejado en su función principal, la de mostrar a los ciudadanos sus fondos en exposiciones, con tarifas reducidas a colectivos especiales y visitas guiadas llevadas a cabo por el DEAC (Departamento de Educación y Acción Cultural).
A nivel de investigación, y avalados por un centro o como profesionales de la enseñanza, el usuario puede acceder a ciertos fondos no accesibles al resto del público, siempre supervisado por personal autorizado del museo. A su disposición también queda la biblioteca, lugar imprescindible donde documentarse de forma más específica sobre los fondos del museo.
Pero no solo las actividades del museo se centran en el edificio, también presta obra a otros museos para su exposición.
A raíz de una actividad dinámica se ha generado un grupo “Amigos del Museo”, el cual realiza conferencias paralelas a las exposiciones o de cualquier otra temática, acompañado de viajes o cursos.
No olvidemos la labor conservadora del museo con su sala de restauración, dirigida por un restaurador, en la que el trabajo de sus talleres va encaminada a la conservación preventiva e inteligible. Las normas utilizadas son las facilitadas por el ICROM, el IICE y el catálogo CIS, los cuales recomiendan empezar la restauración ya en el yacimiento, con la sujeción y el empapado. Ya en laboratorio se procederá a la limpieza, desalado y restauración propiamente dicha.
También son otras las funciones del museo que no se ven, pero que son importantes para su funcionamiento. Las actividades a nivel administrativo como los préstamos ínter museísticos o los depósitos, enriquecen el fondo del museo, a la vez que genera un gran número de operaciones secundarias, como la generación de seguros, informes, fichas, etc.
Como hemos comentado, el museo no se “paraliza” con las meras exposiciones, también fomenta su conocimiento a los niños, con talleres de restauración o historia, en los que se trabaja con cuadernillos editados ex proceso; conciertos de música o conferencias, también tienen cabida en un museo que no pretende parecer una caja gigante de piezas antiguas.

¿Qué podemos encontrar?
Los fondos museísticos son de tipo museográfico y documental, siendo los arqueológicos los más numerosos (8 salas). Estos fondos están ordenados de forma cronológica, yendo del paleolítico inferior a la Antigüedad tardía y el siglo IX. Estos se centran en la cultura humana de la provincia de Albacete y gracias a ellos podemos observar la riqueza y la complejidad de estas sociedades antiguas de la meseta.
Religión, clases sociales, alimentación, migraciones, enterramientos, fauna y flora, guerras y comercio, etc, son algunas de las informaciones que podemos extraer de estos hallazgos ubicados en los yacimientos, siendo por estos la forma de clasificarlos en salas. De entre el gran numero existente he querido destacar los más llamativos:

1- Hallazgos de industria lítica del Paleolítico Superior de la Cueva del Niño (Ayna), las hachas pulimentadas.
2- Cerámicas neolíticas de la Cueva Santa (Caudete) o del Abrigo del Molino del Vadico (Yeste).
3- En la Edad del Bronce, las vasijas, cerámicas, armas, instrumentos de trabajo en los yacimientos de los poblados de las morras de El Acequión (Albacete) en Quintanar ( Munera), El Cuchillo( Almansa), La Peñuela ( Pozo Cañada).
4- Siglo VI a. C hasta época romana, con el monumento funerario de Pozo Moro, poblados de El Macalón (Nerpio), la Quéjola , el Amarejo (Bonete), el Tolmo de Minateda (Hellín). Necrópolis de la Hoya de Santa Ana (Chinchilla) y Los Villares (Hoya Gonzalo), el caballo de la Losa (Casas de Juan Núñez) el León de Bienservida, la Esfinge de Haches ( Bogarra), la Cierva y toro de Caudete, los Jinetes de la necrópolis de Los Villares (Hoya Gonzalo), el Cerro de los Santos ( Montealegre del Castillo).
5- De época Romana, los mosaicos de las villas de Tarazona de la Mancha y de Balazote, las esculturas, inscripciones y los restos arquitectónicos de El Tolmo de Minateda, de la Colonia Libisosa Forum Augustana (Lezuzao), las cerámicas, huesos o vidrios de la antigua Saltigi (Chinchilla de Monte Aragón), el conjunto de bronces de Los Torreones (Albacete), estelas y monumentos escultóricos y ajuares de la necrópolis tardorromana de Las Eras (Ontur).
6- De la edad Media hasta el siglo X, hallazgos de El Tolmo de Minateda.
Los fondos en Bellas artes están presentes a través de diversos objetos creados entre los siglos XVI y XX, destacando entre ellas:
7- Del Siglo XVI y XVII, una alfombra de Alcaraz (siglo XVI), las tablas de imágenes de la antigua ermita de San Antón de Albacete, un crucifijo italiano del siglo XVII, y el busto de la Dolorosa de Francisco Salzillo.
8- Del siglo XX, La colección de Benjamín Palencia, Orlando Pelayo y Rafael Requena y obras de Godofredo Giménez, Juan Amo, Miguel Cano, Gómez Molina, Yolanda Martínez, Beneyto, Quijada, Ortiz, Sarachaga, José Luis Sánchez.

Otros fondos son de diversa factura, como los fondos etnográficos, de útiles y enseres pertenecientes al siglo XIX y las colecciones de numismática que destacan por el conjunto de “Tesorillos” que posee, como el de Nerpio o Riópar.
El fondo documental se compone de valiosos diarios de excavaciones, fotografías, grabaciones de voz de Benjamín Palencia, calcos de pinturas, libros de registro de depósitos y placas de cristal fotográfico.