martes, 11 de octubre de 2011

A Zapatero le tocó bailar con la más fea

Zapatero se va. Si, el 20 de Noviembre abandona la Moncloa para que otro “ciudadano ilustre” intente sacarnos de la crisis. Aunque mirando la vista atrás, ¿es tan culpable cómo nos lo pintan medios y adversarios?.
Nuestro presidente, pues aún lo es, llevará sobre sus hombros el peso de no haber hecho lo correcto o lo más apropiado para paliar los efectos de la crisis, porque no nos engañemos, la crisis con Zapatero o Superman nos hubiera afectado.
Unos dicen que en su lugar lo hubieran hecho mejor, que no estaríamos en esta situación tan dramática y que la herencia de Zapatero van a pagarla nuestros descendientes. Pero nadie advierte que a este “romántico socialista” le tocó escribir versos de amor en estos “malos tiempos para la lírica”.
Es justo advertir que nuestro sistema económico estaba basado en el auge de la construcción (alimentado por todos los españolitos) la cual llegó incluso a crear 2,5 puestos de trabajo por vivienda construida. El grueso de nuestra economía se asentaba en un único sector del cual también dependían otros sectores relacionados; un ejemplo: en una casa hay puertas-madera, ventanas-aluminio, azulejos-cerámica, paredes-pintura. Nos hemos movido en arenas movedizas y no tenemos otra cuerda a la que agarrarnos, por eso cuesta tanto salir.
Los gobiernos regionales mantuvieron la burbuja en su beneficio, mientras Bancos y Cajas fomentaban un consumo basado en el crédito. Más licencias o tributos que pagar a Ayuntamientos de todo signo político y más hipotecas que “contratar” con las entidades financieras. Culpables somos todos repito, pero en los departamentos de riesgos de la mayoría de las cajas miraron para otro lado cuando les llegaban operaciones basura.
Si zapatero hubiera sido el único culpable sería sencillo, recordemos que nuestro problema se va el 20N. El día 21 los bancos darán crédito a todas las pymes y la deuda soberana será conmutada por vacaciones gratis en Mallorca para los alemanes. La realidad va a ser dura y el gobierno entrante deberá estar a la altura para no solo reducir la deuda sino también para establecer las bases de una nueva economía fuerte y más diversificada, sin más sacrificios en las familias o drásticos recortes en sectores como sanidad, educación, derechos laborales, etc. Es esencial salir cuanto antes de esta crisis para no vernos en la cola de Europa pero tampoco podemos permitirnos una victoria “pirrica”.
A José Luis le tengo que reprochar que provocara enfrentamientos entre sectores de la sociedad con algunas de sus leyes, que se dejara llevar por ministros inadecuados o que haya cedido demasiado frente a los nacionalismo extremos; pero es justo reconocerle que intentó acabar con el terrorismo, avanzar en políticas sociales e igualitarias y crear un estado más global, más partícipe de las preocupaciones mundiales.
Zapatero pudo haberlo hecho mejor, pero tuvo que bailar con la más fea. Al final de su mandato no olvidemos que fue nuestro presidente del gobierno y me niego a hablar de él como lo peor que nos ha pasado. Como uno de los presidentes de la democracia se merece respeto.