La actividad de
animar (Hainard y Rossel) supone un momento de exterioridad y de vaivén entre el animador
parcialmente exterior y el sistema desanimado local o regional.
Animar es solidarizarse, negociar, arriesgar, traducir y
catalizar; lo que significa anticiparse y saber desaparecer en el
momento oportuno. Animar es actuar en los actores, en el
espacio, en el tiempo y en los acontecimientos. Animar es
enseñar a aprender, es convertirse progresivamente inútil. El
animador es un actor que:
- Estimula la comunicación horizontal y/o vertical.
- Da confianza a los habitantes de una localidad y les permite tomar conciencia de sus problemas.
- Contribuye a producir conocimientos sobre la gente y su comunidad. La identifica cultural y socialmente.
- Fomenta la creatividad y la participación.
- Ayuda a los individuos y a los grupos a elaborar proyectos.
Museo Guggenheim de NY
La tarea del
animador es descubrir los problemas en una etapa precoz, formularlos y
comunicarlos a la gente, de esta forma se suscita una toma de
conciencia y permite la elaboración de un proyecto por parte de la
gente de esa localidad, para que se identifique con él. Se
distinguen cuatro tipos de animadores:
- El militante, agitador y concienciador.
- El gestor, trabaja en la administración rompiendo la burocracia.
- El mediador, analiza la situación social, desarrolla y canaliza proyectos y estudia las demandas de la población.
- El formador, enseña y da cursos a la vez que aporta información más independiente.